Pautas para una vuelta al trabajo saludable
Cuando se acercan las fechas de reincorporarse a la vida laboral después de un período vacacional, los medios de comunicación se llenan de artículos sobre el llamado popularmente «síndrome postvacacional», un término rechazado por la gran mayoría de profesionales de la salud puesto que es una manera de convertir en patología un momento vital que, en realidad, supone simplemente un cambio de rutinas. El cambio de la rutina veraniega – asociada a sensaciones placenteras y positivas- a la rutina habitual puede generar algunas emociones poco agradables que son totalmente normales.
El cambio de rutinas afecta a diversos aspectos de nuestra vida diaria como los hábitos de sueño y de alimentación, así como a la propia organización del tiempo o las relaciones con los demás. Al igual que cuando llegan las vacaciones, necesitamos un poco de tiempo para adaptarnos a las rutinas veraniegas, la vuelta al trabajo también necesita una breve adaptación de dos o tres días. Cuando no logramos adaptarnos bien a estos cambios normales es cuando pueden presentarse problemas de insomnio, capacidad de concentración, ansiedad, apatía, sensación de hastío o decaimiento. Si estos síntomas duran más de un mes, es recomendable que consultes a tu profesional de la salud de referencia para no desarrollar un trastorno de salud mental.
No podemos pasar de cero a cien, así que, hablemos de cómo adaptar nuestro cuerpo y mente a los cambios de rutinas de manera saludable y natural.
Ten una actitud positiva
¿A quién no le gusta estar de vacaciones? A todos, pero no por ello debemos ver la vuelta a la rutina diaria como un aspecto negativo. Permítete reconocer los buenos momentos vividos en tu descanso y apreciar el efecto regenerador que tiene en tu bienestar para empezar tus obligaciones habituales con un ánimo positivo. Acepta también las emociones menos agradables que pueden generarte el cambio y que son totalmente normales. Date espacio para pensar en tus objetivos y aquello que necesitas para llevarlos a cabo, seguro que tienes buenas razones para volver a la rutina.
Vuelve a la rutina de forma gradual
Aunque tengas una fecha de vuelta al trabajo, hay aspectos de tu vida diaria que puedes ir cambiando de forma gradual para que el cambio no sea tan brusco. Por ejemplo, vuelve a casa unos días antes de incorporarte al trabajo para poder adaptarte mejor y ves cambiando el ritmo del sueño. La mayoría de las personas suele irse a dormir y levantarse más tarde de lo habitual durante las vacaciones. Al volver a casa puedes retomar el horario de oficina para acostumbrarte de nuevo a tu jornada.
No quieras darlo todo el primer día
Volver a la rutina de trabajo requiere tomarte tu tiempo para reconcentrarte en tus retos laborales, tareas y prioridades. No es bueno exigirte el 100% el primer día de la vuelta al trabajo. El ritmo se adquiere rápidamente, pero permítete adaptarte a la nueva rutina. No te sobrecargues de trabajo. Empieza, si es posible, por aquellas tareas que te resulten más atractivas y no te lleves trabajo a casa.
Cuida las relaciones personales
El verano es una época de reencuentros, de comidas y cenas familiares y con amigos, en definitiva, dedicamos más tiempo a nuestras relaciones sociales. Aunque vuelvas a la rutina, no dejes de cuidar estas relaciones sociales y familiares, tan necesarias para mantener tu equilibrio emocional.
Mantén los hábitos de vida saludable
Tanto los hábitos alimenticios como la práctica de ejercicio físico tienen un impacto en nuestro bienestar físico y mental. De hecho, es recomendable mantener estos buenos hábitos durante las vacaciones, pero, si te has relajado un poco durante este período es importante que poco a poco recuperes la actividad física y la alimentación saludable.
Teléfono de la Esperanza 93 414 48 48
Si sufres de soledad o pasas por un momento dífícil, llámanos.