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¿Hay factores de protección y prevención del consumo del cannabis que dependan de la familia?

Maribel Serra
Maribel Serra Candell
Psicóloga clínica. Jefa de la Subsección de proyectos y programas.
Centre SPOTT. Diputació de Barcelona

Si. La familia es un ámbito esencial para la actuación preventiva en el consumo de cannabis. Desde el marco familiar se puede influir positivamente promoviendo los factores de protección. Un factor de protección es aquel atributo, condición o característica que reduce o minimiza el riesgo y la probabilidad de iniciar o mantener el consumo de drogas, ayudándoles a que dispongan de recursos para hacer frente decisiones con autonomía y sentido de la responsabilidad.

  • Fomentar su autoestima. Aceptarlos como son. Creando expectativas ajustada a sus capacidades. Valorar en aquello que hacen bien. Elogiar el esfuerzo más que el éxito. Alentarlos hacía unos objetivos y ayudarles a que los alcance. Es lo que llamamos el Efecto Pigmalión. Saber que creemos en él, aumentara su autoestima y el concepto de sí mismo. Una persona con una buena autoestima es una persona empoderada.
  • Dar ejemplo. Ser un referente positivo y un interlocutor válido, mostrando conductas saludables y dando a conocer cuál es nuestro criterio y posicionamiento en este tema. En psicología llamamos aprendizaje vicario cuando los hijos aprenden observando, por tanto, es importante mantener actitudes y comportamientos coherentes con los valores y normas que se transmiten en casa.
  • Establecer normas y límites. Estos deben ser claros, razonables, ajustados a su edad, se podrán pactar con los hijos y se irán ir revisando en función de la edad y de su responsabilidad. Además deben saber que, si no se cumplen, habrá consecuencias. A su vez, cuando los hijos se muestren responsables y cumplan con las normas familiares hay que reforzar dicha conducta con el elogio y reconocimiento. Una estrategia es firmar un contrato conductual donde se reflejen los acuerdos y el compromiso por ambas partes. 
  • Promover una comunicación positiva padres-hijos. Es fundamental establecer una buena comunicación bidireccional y recíproca con los hijos, prestarles atención creando espacios para el diálogo en el que contarse cosas mutuamente con una escucha activa, teniendo en cuenta y respetando sus opiniones.
    tic y adolescentes

    Nuevos retos en la comunicación entre padres y adolescentes

  • Fomentar el pensamiento crítico y la reflexión. Enseñarles a analizar las situaciones y las experiencias de manera objetiva para tomar decisiones y resolver problemas adecuadamente. Enseñarles a contrastar la información e identificar sus fuentes. Hoy en día la dificultad no es encontrar información, sino saber si es veraz y objetiva.
  • Compartir alternativas saludables de ocio y tiempo libre. Confeccionar un listado de actividades e intereses comunes (deportivas, culturales…) y generar espacios de encuentro para compartirlos en familia. Promover también su participación en actividades y trabajos en equipo como asociaciones juveniles, culturales, comunitarias, voluntariado, etc.
  • Colaboración y seguimiento con el centro escolar. La escuela y la familia son dos pilares fundamentales para la intervención preventiva. Familia y escuela han de trabajar alineados no solo para el seguimiento académico, sino también para la supervisión de conductas en el aula, la relación con los compañeros y sin duda, la promoción de hábitos saludables. 
  • Gestión de las emociones. Las emociones son muy importantes. Hay que facilitar que los adolescentes y jóvenes puedan manejar, expresar y navegar en el mundo de las emociones: frustración, rabia, ira, tristeza…, así como los sentimientos propios, saber identificarlos, reconocerlos y poder gestionarlos y regularlos eficazmente. Es importante poder hablar de las emociones, de cómo se sienten y tener actividades alternativas para hacer frente, tener un «fondo de armario», como apunta la psicóloga Patricia Ramírez, de recursos para manejarlas de forma adecuada: meditación, ejercicio físico, prestar ayuda a los demás... actividades que contribuyan a la mejora de la salud emocional.
  • Supervisar la conducta de los hijos e hijas. Que sepan que nos interesamos por ellos. Conocer en qué temas se ocupan, manteniendo una actitud de proximidad, pero al mismo tiempo, evitando la sobreprotección - lo que el psicólogo israelí Haim Ginott, llamó «los padres helicópteros», padres que tutelan permanentemente a sus hijos, hiperpreocupados y controladores en exceso de ellos, frenando así su libertad y autonomía personal.  

Si no dejas crecer a tus hijos, caer y levantarse, al final en vez de un árbol fuerte tendrás un bonsai. Javier Urra, psicólogo.

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Maribel Serra Candell
Psicóloga clínica. Jefa de la Subsección de proyectos y programas.
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