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Formación y sensibilización de profesionales de la salud mental desde el modelo de la recuperación

El impacto de las actividades es claro en cuanto a creencias y actitudes, aunque no tanto en las prácticas
Dr. Francisco José Eiroa-Orosa
Dr. Francisco José Eiroa-Orosa
Investigador Ramón y Cajal. Miembro del Grupo de Investigación en Salud Mental en Primera Persona (GR1P)
Federació Catalana d'Entitats de Salut Mental en 1ª Persona – VEUS

La implementación de un modelo transformador como el de la recuperación implica diversas acciones. La inclusión de la figura de apoyo entre iguales o el cambio de objetivos de los dispositivos han sido algunas de las acciones más visibles. Uno de los esfuerzos quizá menos visibles son las actividades de formación y sensibilización a los y las profesionales del sector. La motivación para el cambio exige como mínimo explicar en qué consisten los cambios propuestos y realizar actividades donde estos profesionales puedan conectar con los anhelos de las personas usuarias por otro tipo de atención.

Desde el punto de vista pedagógico, este tipo de actividades combina objetivos que van desde la adquisición de conocimientos sobre el modelo de recuperación y la comprensión de sus conceptos fundamentales, a la aplicación práctica y análisis crítico de situaciones reales. Del mismo modo que en el modelo en general, otra de las características distintivas es la participación de personas con experiencia de sufrimiento psíquico. Esta participación se traduce en actividades donde el personal puede conectar con las necesidades no cubiertas por el modelo de atención biomédico y conocer qué alternativas se proponen desde el modelo de recuperación. Sustituir las prácticas paternalistas centradas en el alivio sintomático, que impiden la construcción de proyectos de vida, por prácticas colaborativas donde las preferencias de la persona usuaria sean el centro entorno al cual giran las intervenciones puede ser un ejemplo de mensaje de estas actividades.

La extensión del modelo, sobre todo en países anglosajones y Europa Occidental, ha ido consolidando y ampliando el rol de las personas afectadas en las actividades de formación y sensibilización. En un primer momento estas personas eran, sobre todo, antiguas usuarias de los servicios donde se llevaban a cabo las actividades. Su función principal era dar testimonio personal sobre la experiencia de la atención recibida. Sin embargo, la expansión del movimiento en primera persona, y la incorporación de la figura de agente de apoyo entre iguales, facilitó su inclusión como formadoras con responsabilidades sobre la planificación pedagógica, e incluso liderazgo de proyectos de implementación de actividades formativas a gran escala.

El alcance de estas actividades ha sido muy amplio. La cantidad de profesionales que han participado en los países pioneros en el modelo de la recuperación puede contarse por cientos de miles, incluyendo campañas de formación obligatoria en varios territorios. La complejidad de las actividades ha ido aumentando, pasando de sesiones de formación y sensibilización de algunas horas, a complejos procesos de transformación organizacional a gran escala de varios meses de duración, como los recientes proyectos REFOCUS y GetREAL.

¿Es posible cambiar las prácticas en la atención a la salud mental?

Nuestra asociación, Grupo de Investigación en Salud Mental en Primera Persona de la Federació Catalana d'entitats de Salut Mental en Primera Persona - VEUS, ha contribuido a la formación de cientos de profesionales a nivel estatal e internacional a través del programa «Más allá de la recuperación, hacia una atención en salud mental basada en derechos». Los contenidos de este programa incluyen cuatro módulos:

  • Alternativas al diagnóstico: De las nosologías a la experiencia compartida.
  • Formulación y establecimiento de objetivos: De la disminución de síntomas a la recuperación.
  • Atención en salud mental basada en derechos: prácticas colaborativas, respecto de preferencias y voluntades anticipadas.
  • Fomento del apoyo mutuo: Integrando la figura en el sistema.

En cuanto al impacto de estas actividades, una reciente revisión sistemática con metaanálisis realizada por nuestro grupo de investigación (Eiroa-Orosa y García-Mieres, 2019), ilustra que este tipo de actividades tiene una clara influencia sobre creencias y actitudes, mientras que el efecto sobre las prácticas es menos claro y muy heterogéneo. Hay que tener en cuenta que la mayoría de los estudios que han medido variables conductuales lo han hecho en el contexto de proyectos a gran escala como los mencionados anteriormente. Esto plantea la pregunta de si más allá de cambiar creencias y actitudes, es posible cambiar las prácticas, incluso cuando se han invertido suficientes recursos.

Algunos estudios cualitativos nos ofrecen información que puede ilustrar los resultados de nuestro metaanálisis. En estos análisis se discuten las tensiones entre los cambios dirigidos por la administración «de arriba hacia abajo» y los cambios «de abajo hacia arriba» o iniciados a nivel de equipo. En los proyectos a gran escala mencionados, si bien la intención era realizar cambios organizacionales de abajo hacia arriba, es evidente que los profesionales involucrados tenían serias dudas de que existiera un compromiso institucional para realizar cambios reales. Esto conecta con otros conceptos que ya se venían abordado en proyectos de menor envergadura, pero con gran implicación de las personas participantes, como la esperanza y la autonomía. Algunos de los proyectos a gran escala intentan sistematizar e implementar cambios que primero ocurrieron de manera espontánea en un ambiente de transformación muy comprometido. Como sucede con los logros de otros movimientos sociales, sistematizar procesos de abajo hacia arriba, aun considerando las idiosincrasias de cada espacio, implica algunas contradicciones como la dificultad para emular la motivación intrínseca que se produce originalmente.

Esto parece ocurrir en un contexto en el que las instituciones envían mensajes contradictorios. Por un lado, destinan fondos a proyectos de este tipo, pero por otro, no dan un apoyo real para que los cambios se produzcan y se mantengan.

La formación y sensibilización de profesionales son elementos fundamentales para la implementación del modelo de recuperación. Tal y como ocurre en otros ámbitos, la participación de las personas afectadas es fundamental. Esta implicación se produce tanto por parte de personas usuarias de los servicios participantes, como activistas en primera persona con experiencia en formación. El impacto de las actividades es claro en cuanto a creencias y actitudes, aunque no tanto en las prácticas. Esta diferencia está probablemente causada por resistencias al cambio a nivel organizacional. Por tanto, la implicación de todas las personas profesionales, tanto dedicadas a la atención como a la gestión, es fundamental para que las transformaciones cristalicen en una atención basada en la creación de proyectos de ciudadanía plena.

Este contenido no sustituye la labor de los equipos profesionales de la salud. Si piensas que necesitas ayuda, consulta con tu profesional de referencia.
Publicación: 24 de Noviembre de 2021
Última modificación: 24 de Noviembre de 2021
Dr. Francisco José Eiroa-Orosa

Dr. Francisco José Eiroa-Orosa

Investigador Ramón y Cajal. Miembro del Grupo de Investigación en Salud Mental en Primera Persona (GR1P)
Federació Catalana d'Entitats de Salut Mental en 1ª Persona – VEUS
Bibliografía
Eiroa-Orosa, F. & García-Mieres, H. (2019). A Systematic Review and Meta-analysis of Recovery Educational Interventions for Mental Health Professionals. Administration and Policy in Mental Health and Mental Health Services Research , 46(6) , 724–752. https://doi.org/10.1007/s10488-019-00956-9