Retos de las personas con TCA y TDAH
Resumen
La relación entre los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) y los trastornos por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es bidireccional. Por un lado, tener TDAH se relaciona con un mayor riesgo de tener una alimentación desordenada y desarrollar un TCA en la adultez. El riesgo, en este sentido, es el triple para personas con TDAH en relación con la población general.
La reacción inicial a recibir un diagnóstico de TDAH suele ser de preocupación por el desconocimiento de qué significa tener esta condición. Pero no todo el mundo sabe qué quiere decir tener un TDAH. Por lo tanto, lo primero que hay que hacer una vez se sospecha, y una vez ha sido diagnosticado, es proporcionar información, tanto de qué supone como de cómo se puede actuar para abordarlo.
Este conocimiento debe facilitarse tanto a la persona como, si es necesario, a su entorno directo, dejando un tiempo para asimilarla, e ir resolviendo las dudas que planteen.
Otra reacción que también puede aparecer, mezclada o no con el alivio, es la frustración, por el hecho de haber sufrido situaciones de incomprensión e, incluso, de mofa o desprecio por parte de otros (padres, maestros o compañeros de clase). Desgraciadamente, el bullying es una situación demasiado común en casos de TDAH, como en otras dificultades, aunque no tenga, al igual que la dislexia, nada que ver con una baja inteligencia. Incluso puede ser lo contrario: tener altas capacidades, pero pobre desenvoltura académica.
Una vez se sabe qué implica un TDAH, la mayoría de personas nos transmiten la sensación de encaje que el diagnóstico les ha aportado, tras el impacto inicial. A veces expresan cierto alivio por el hecho de entender conductas o dificultades que a menudo los acompañan desde pequeños, cuando suelen notarse más en áreas como la conducta o el aprendizaje.
Cabe decir que, además, en el caso del TDAH, puede darse un triple diagnóstico, porque a menudo se asocia a otras dificultades de aprendizaje como la dislexia, o también a tics, insomnio o ansiedad o depresión…
Después, hay que relacionar el TDAH con la sintomatología alimentaria. Lo más frecuente es que cuando TDAH y problema alimentario coinciden, se trate de un trastorno de atracón o una bulimia, porque suelen estar en relación con la impulsividad propia del TDAH y las dificultades para posponer reforzamientos. Tendrán más facilidad para hacer síntomas alimentarios de tipo compulsivo: ejercicio, provocación repetida del vómito, atracones.
Escuchamos la vivencia de personas con doble diagnóstico
Hablando con personas que están pasando por un problema alimentario y que les han diagnosticado TDAH podemos entender un poco mejor cómo se sienten y qué dificultades afrontan. Hemos preguntado a adolescentes y adultos que se encuentran en diferentes momentos de su proceso con el trastorno y estas son sus reflexiones.
¿Qué ha supuesto para ti recibir un doble diagnóstico de TCA y TDAH?
«Ahora entiendo muchos comportamientos de mi día a día que no veo en otros. Siempre hago varias cosas a la vez. Me olvido qué iba a buscar y tuve que ir varias veces. Me cuestan los cambios desde la infancia. En la escuela me costaba mucho. Aprobaba a fuerza de subrayar y copiar, por la repetición.
Siempre he necesitado moverme, y la mayoría de profesores no lo entendían y me rezaban. Hubo un maestro que me dejó mover, aprobé y fue el mejor curso. A veces la gente se molesta porque les repito las cosas.
Necesitamos entender por qué hemos pasado toda nuestra infancia sintiéndonos diferentes.».
¿Qué cosas ves en ti que no veas a otras personas con TCA?
«Me tengo que frenar constantemente».
«Necesito tiempo para procesar la información, desde la infancia. Me tienen que explicar las cosas poco a poco».
«La cabeza siempre me va deprisa, me gustaría que se callara».
«He llegado a un punto que no sé frenar (con la comida). Lo intento, entiendo que es necesario, pero no puedo».
«Sentarse a la mesa supone un desafío, por la activación interna».
«Soy más despistada que los demás. Ya me puedes decir algo ahora, que, si no me lo apunto, no me recuerdo».
«Tengo más dificultades para mantener la atención durante las sesiones de terapia».
¿Qué aconsejarías que se tenga en cuenta en el tratamiento de otras personas que tengan ambos problemas?
«La comprensión a las dificultades añadidas: Durante la hospitalización me decían que comía muy deprisa, y es que yo lo hago todo muy deprisa».
Personas con TCA y diagnóstico tardío de TDAH, en la adultez, nos han transmitido su impresión de que, de haberse descubierto antes el TDAH, creen que el problema alimentario habría podido cambiar mucho.
«Si hubieran diagnosticado antes el TDAH, me podrían haber ayudado a comprenderme y gestionar mi mente».
Finalmente, hay que añadir que cuando se tiene un doble diagnóstico de TCA y TDAH, habrá que considerar que el segundo tiene un tratamiento farmacológico específico a la hora de elegir los fármacos.
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