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El papel de las familias en la recuperación de las personas con trastorno mental privadas de libertad

Las opciones de éxito se multiplican si la familia está presente y entiende la situación que vive su familiar afectado
Mònica Ferrer
Mónica Ferrer Coca
Educadora Social. Unidad de Salud Mental de Brians 2
Parc Sanitari Sant Joan de Déu

Se considera a la familia como la unidad básica de la sociedad humana. Representa el centro fundamental de la vida afectiva y moral de los individuos. Es, por tanto, una estructura social vital en todas las comunidades.

Las definiciones de familia tendían a referirse a las relaciones de consanguinidad y a un sistema compartido de valores, pero la realidad se impone y es que las familias son tan diversas como los individuos que las componen. La familia es un sistema social dinámico y por lo tanto puede ser fuente de grandes conflictos como también de los mejores recursos de apoyo.

La familia es el principal y más poderoso sistema de emociones al cual pertenecen los seres humanos y constituye el mayor recurso potencial, así como la mayor fuente de estrés (Fogarty, 1997).

El sistema familiar constituye un espacio educativo y social por excelencia, por lo que se le pueden atribuir una serie de funciones: satisfacción de necesidades primarias, apoyo y relación de ayuda, crianza y regulación social, socialización, guía cognitiva (educación en valores) y soporte instrumental (bienestar, calidad de vida y autonomía).

Cuando hablamos del papel en la recuperación cuando un miembro de una familia sufre un trastorno mental, ésta presenta un deterioro en su calidad de vida en distintas dimensiones: bienestar físico, bienestar emocional, relaciones interpersonales, inclusión social (estigma), desarrollo personal, bienestar material, autodeterminación y derechos (no ser escuchados/informados).

Nuestro compromiso con las familias

Desde las unidades de rehabilitación psiquiátrica penitenciaria los equipos interdisciplinares que intervienen con los familiares de personas atendidas tenemos muy en cuenta estas consideraciones y, por tanto, debemos asumir estos compromisos:

  • Establecer una relación de empatía y escucha activa
  • Reforzar de forma positiva potencialidades y objetivos conseguidos por las familias
  • Respetar, no juzgar, dar valor a las necesidades que las familias perciben como propias
  • Informar a las familias, siempre previo consentimiento de la persona atendida adulta
  • Clarificar expectativas y potenciar la transparencia en la comunicación
  • Respetar los tiempos de las familias
  • No ofrecer directrices sino orientaciones y desarrollar un espacio de apoyo donde las familias encuentren información, formación y apoyo emocional.

Es muy importante que las familias conozcan aspectos relacionados con el trastorno mental, los servicios y recursos vinculados, concienciar a las familias de su papel clave como agentes de cambio e inclusión social. Los profesionales debemos promover que la familia pueda exponer situaciones difíciles que se den en el entorno familiar, para evitar entre otros problemas el aislamiento social y el estigma.

Las distintas unidades psiquiátricas penitenciarias que atendemos cuentan con un programa específico, y a la vez transversal, de atención a las familias de las personas que se encuentran ingresadas en estas unidades de rehabilitación psicosocial y reinserción a la comunidad. Consideramos que la familia y el entorno social ocupan un papel determinante en la dinámica vital del individuo. Por este motivo, es necesario conocer la función que ocupan para saber el protagonismo e influencia de ésta en el pan de rehabilitación y «externación» del medio penitenciario que se diseña de manera individual para cada una de las personas que atendemos.

Partimos de la idea que las familias constituyen, en muchos casos, el principal recurso de prestación de apoyo y atención a las personas que sufren un trastorno mental. Los programas específicos de atención a las familias, por tanto, van dirigidos a todas ellas y también a personas que representan un referente significativo de la persona. El objetivo principal del programa es conseguir favorecer la colaboración familiar de la persona atendida, potenciando su papel como agente de cambio e inclusión social.

¿Cómo trabajamos con las familias de las personas en las unidades psiquiátricas penitenciarias?

Respecto a la metodología de trabajo, podemos diferenciar tres fases: acogida, vinculación y seguimiento. Los procedimientos que utilizan los distintos equipos interdisciplinares son las entrevistas en los centros penitenciarios o dispositivos sanitarios, las visitas a domicilio y el seguimiento telefónico. Consideramos muy importante que las familias conozcan las distintas vías de contacto con los profesionales para que puedan utilizarlas siempre que lo necesiten.

Las entrevistas en centro penitenciario u otros dispositivos sanitarios suelen ser el primer contacto presencial entre la familia y el equipo de profesionales. Éstas siempre se producen con el consentimiento de la persona atendida. Excepcionalmente, se puede llevar a cabo un primer contacto con la familia en el propio domicilio cuando la situación familiar, por múltiples y diversas causas, no permita desplazarse a los distintos dispositivos, pero por lo general las visitas a domicilio se producen cuando hay un vínculo adecuado entre familia y equipo profesional y se plantea como objetivo de trabajo la preparación de la vida en libertad. En el ámbito penitenciario estamos hablando de permisos en el caso de personas con penas confirmadas y de salidas terapéuticas en el caso de medidas de seguridad.

En la tercera fase, cuando las personas atendidas ya tienen un plan de trabajo terapéutico individualizado y se inicia el proceso de vinculación al exterior, es donde las familias adquieren un rol más importante, como agentes de acogida, reinserción e integración familiar y social. Esta fase se lleva a cabo mediante comunicación telefónica entre los profesionales y la familia. Esto nos permite realizar un seguimiento de cómo está funcionando la persona en el medio familiar y social, y nos facilita recoger las dificultades, problemáticas, conflictos, la competencia social del individuo, el grado de compromiso y otras cuestiones que puedan surgir en cada caso que nos orienten y aporten información sobre cómo se están cumpliendo los objetivos de trabajo propuestos y consensuados entre equipo profesional, persona atendida y familia.

El equipo de profesionales realizamos una evaluación del proceso conjunto de persona atendida-familia. Evidentemente se trata de una evaluación cualitativa que nos permita valorar los aspectos más relevantes de la persona y su medio de acogida.

Los factores más importantes que se recogen son:

  • Capacidad de apoyo emocional.
  • Contención y límites.
  • Capacidad de vinculación social y de recursos.
  • Capacidad económica y calidad de vida.
  • Capacidad de identificación de conflictos.
  • Factores ambientales y propios de la familia.

Es importante resaltar que los centros penitenciarios están alejados de las poblaciones, esto supone una dificultad añadida para muchas familias. En muchos casos, la distancia entre el domicilio familiar y el centro penitenciario es muy elevada y no permite realizar una continuidad de visitas a la persona atendida, lo que en términos penitenciarios llamamos comunicaciones / vis a vis. Los motivos de estas dificultades pueden ser económicos, físicos y de movilidad (dificultad en el medio de transporte). También cabe decir que las comunicaciones entre centros penitenciarios y medios de trasporte no cubren siempre las necesidades de las familias y, en ocasiones, se pueden convertir en trayectos interminables e inasumibles por los familiares.

Desde la apertura de las distintas unidades psiquiátricas penitenciarias se ha tenido muy en cuenta todos los aspectos descritos en este artículo y se da mucha importancia a la participación e inclusión de las familias en los procesos terapéuticos de las personas que atendemos. Por último, subrayar que la experiencia de veinte años de trayectoria de estas unidades nos confirma que el papel de las familias es fundamental en la recuperación de las personas que sufren un trastorno mental y están privadas de libertad.

Las opciones de éxito se multiplican si la familia está presente y entiende la situación que vive su familiar afectado.

Para ello, el equipo de profesionales integrado por profesionales del ámbito de la psiquiatría, psicología, trabajo social, educación social, enfermería, cuidados auxiliares de enfermería e integración social) debemos ser muy conscientes de ofrecer a las familias y personas que atendemos, una relación de proximidad, accesibilidad y transparencia para que se pueda conseguir un vínculo positivo que permita un trabajo conjunto y unos objetivos compartidos orientados a la mejora de las distintas situaciones vitales de los individuos afectados.

Este contenido no sustituye la labor de los equipos profesionales de la salud. Si piensas que necesitas ayuda, consulta con tu profesional de referencia.
Publicación: 16 de Enero de 2023
Última modificación: 16 de Enero de 2023
Mònica Ferrer

Mónica Ferrer Coca

Educadora Social. Unidad de Salud Mental de Brians 2
Parc Sanitari Sant Joan de Déu