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Conceptos clave de la depresión

Más de 300 millones de personas en el mundo sufren depresión y en 2030 se espera sea la principal causa de discapacidad. Se puede tratar y se puede salir de ella.
Jordi Mitjà

Jordi Mitjà Costa

Enfermero de la Unidad Funcional Integrada de Trastornos de la Conducta Alimentaria. Área de Salud Mental
Hospital Sant Joan de Déu Barcelona
Cristina Pou Matarranz

Cristina Pou Matarranz

Psiquiatra
Parc Sanitari Sant Joan de Déu
Dia Europeo de la Depresión

El primer jueves de octubre se celebra el Día Europeo de la Depresión. Esta iniciativa surge en el año 2004 a propuesta de la European Depression Association con el objetivo de crear conciencia sobre la depresión en todo el continente europeo. También se pretende promover una mejor comprensión del impacto de la depresión en la vida de las personas para hacer frente al estigma y la discriminación y para dar voz a las personas afectadas.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud, la depresión afecta a más de 300 millones de personas en el mundo.

¿Qué es la depresión?

La depresión es el resultado de interacciones complejas entre factores biológicos, psicológicos y sociales. Es más frecuente en mujeres que en hombres. Entre los factores biológicos que pueden predisponer a su aparición están los cambios hormonales, alteraciones en los neurotransmisores cerebrales y componentes genéticos. Los problemas de salud física pueden relacionarse con la depresión, agravando la misma y a la inversa.

No hay que confundir este trastorno con las variaciones habituales del estado de ánimo y de las respuestas emocionales breves a los problemas de la vida cotidiana. La tristeza o las preocupaciones ante situaciones adversas o complicadas forman parte de la normalidad y su presencia, por sí misma, no constituye un trastorno depresivo. La depresión no es un signo de debilidad.  

La depresión se puede convertir en un problema de salud importante, cuando es de larga duración e intensidad, e impide realizar las actividades habituales de la persona en todos sus ámbitos.

Puede llegar a hacerse crónica o recurrente y dificultar sensiblemente el desempeño en el trabajo o la escuela y la capacidad para afrontar la vida diaria. En su forma más grave, puede conducir al suicidio. 

¿Cuáles son sus síntomas?

Es importante tener en cuenta que no todas las personas con trastornos depresivos padecen los mismos síntomas. La gravedad, frecuencia y duración de los mismos pueden variar según la persona y su trastorno en particular. Asimismo, según el contexto cultural los síntomas se pueden expresar de manera diferente.

Los principales síntomas de la depresión son:

  • Pérdida de interés o placer, tristeza e incluso pensamientos suicidas
  • Sentimientos de inutilidad, odio a uno mismo y culpa
  • Dificultad para concentrarse e irritabilidad
  • Malestar general, sensación de cansancio y falta de energía
  • Dolores o malestares, dolores de cabeza o problemas digestivos
  • Dificultad para conciliar el sueño o exceso de sueño
  • No querer salir de casa o incluso de la cama
  • Aumento o pérdida de peso
Depresión

Estoy muy triste ¿tengo una depresión?

¿Cuál es el tratamiento de la depresión?

El objetivo principal del tratamiento es conseguir la remisión de los síntomas y que la persona logre la recuperación de su funcionamiento en los diferentes ámbitos de la vida: familiar, social y laboral/educativo.

Existen diferentes abordajes a nivel psicológico, psicosocial y médico. El tratamiento se ha de individualizar según la edad y las necesidades de cada persona. Si es leve, la depresión se puede tratar sin recurrir a medicamentos, pero cuando tiene carácter moderado o grave se pueden necesitar otro tipo de intervenciones, incluyendo la hospitalización en casos muy severos.

Prevención

Por último, existen una serie de recomendaciones preventivas que conviene tener en cuenta para promover el bienestar personal: 

  • Expresar los sentimientos
  • Apoyarse en familiares y amigos
  • Hacer ejercicio regularmente
  • Establecer unas rutinas diarias y marcar objetivos
  • Dieta saludable
  • Evita la ingesta de alcohol y drogas
  • Practicar actividades que nos hagan sentir mejor
  • Positivizar pensamientos y desarrollar la autoestima
  • Aprender a relajarse
  • No recurrir a la automedicación
  • En caso necesario, solicitar ayuda a los profesionales sanitarios