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Los trastornos de la conducta alimentaria en personas con diabetes

La diabulimia: qué es, señales de alarma y consecuencias para la persona afectada
Raquel Cecília Costa
Raquel Cecília Costa
Psiquiatra infantojuvenil especializada en trastornos de la conducta alimentaria. Área de Salud Mental
Hospital Sant Joan de Déu Barcelona
Jordi Mitjà
Jordi Mitjà Costa
Enfermero de la Unidad Funcional Integrada de Trastornos de la Conducta Alimentaria. Área de Salud Mental
Hospital Sant Joan de Déu Barcelona

La diabetes es una enfermedad que se caracteriza por el aumento de los niveles de glucosa en la sangre, una condición que se llama «hiperglucemia». Puede darse a consecuencia de la disminución de la formación de insulina por parte de las células beta del páncreas, una actividad insuficiente de la insulina, causas genéticas o determinadas enfermedades o fármacos.

La insulina es una hormona necesaria para que el cuerpo utilice la energía que le proporciona la alimentación. Sin embargo, en las personas con diabetes la glucosa procedente de los alimentos no es aprovechada de manera adecuada por las células de los tejidos, lo que comporta problemas metabólicos serios y pérdida de peso.

La diabetes tipo 1 se inicia en la infancia o en la adolescencia, aunque la edad de aparición puede prolongarse hasta alrededor de los treinta años. Está causada por una alteración inmunitaria que lleva al propio organismo a destruir las células beta del páncreas, que son las especializadas en la fabricación de insulina. Su tratamiento consiste en la administración de insulina subcutánea varias veces al día. La diabetes tipo 1 se produce por múltiples factores que coinciden en un mismo individuo: una predisposición genética sobre la que actúan una serie de factores que desencadenan todo el proceso de destrucción de las células beta (factores infecciosos, dietéticos, estrés...).

En las personas con diabetes la glucosa procedente de los alimentos no es aprovechada por las células de los tejidos, lo que conlleva problemas metabólicos serios y pérdida de peso.

La diabetes tipo 2 , por otra parte, suele aparecer en la edad adulta, aunque cada vez se detectan más casos en niños y adolescentes con obesidadLas causas más importantes son la obesidad asociada a una alimentación inadecuada y la falta de actividad física, pero es más frecuente que aparezca si existen antecedentes familiares. En este caso, las células beta del páncreas todavía producen insulina, pero ésta no trabaja del todo bien o la cantidad producida no es suficiente para mantener los niveles de glucosa en sangre dentro de la normalidadMuchas personas pueden tratar la diabetes perdiendo peso, cambiando la alimentación y haciendo más ejercicio físico.

Relación entre la diabetes y los trastornos de la conducta alimentaria

La alimentación es uno de los pilares fundamentales en el tratamiento de la diabetes. En la de tipo 1, es necesario conocer y tener en cuenta diferentes aspectos relacionados con la comida (calcular las raciones, pesar los alimentos, medir la glicemia, etc.) y también hay que saber arreglárselas ante las hipoglucemias y las hiperglucemias. En el caso de la diabetes tipo 2, las pautas del tratamiento exigen un control constante sobre la dieta, el peso y la actividad física. Esta preocupación y conocimiento aumentados sobre la alimentación, con otros factores añadidos, podría relacionarse con el desarrollo de trastornos de la conducta alimentaria. Además, el diagnóstico y el tratamiento de la diabetes afecta a la calidad de vida de las personas por la exigencia que comporta el control de la dieta y las dosis de insulina, lo que puede provocar estrés, miedo a la hipoglucemia o a la hiperglucemia , ansiedad y síntomas de depresión.

Hay estudios que concluyen que las personas con diabetes tienen hasta 2,4 veces más riesgo de desarrollar un trastorno de la conducta alimentaria, favorecido por la necesidad de calcular las dosis diarias de insulina y vigilar todo lo que comen, como por ejemplo los hidratos de carbono. (Colton et al., 2015). Un exceso de estos cuidados puede actuar como un factor desencadenante de un trastorno de la conducta alimentaria, que producirá un mal control metabólico.

Las personas con diabetes tienen hasta 2,4 veces más riesgo de desarrollar un trastorno de la conducta alimentaria, favorecido por la necesidad de calcular las dosis diarias de insulina y vigilar todo lo que comen.

Es muy importante prevenir los trastornos de la conducta alimentaria en personas con diabetes para evitar las repercusiones negativas que pueden tener para la salud, especialmente en personas con diabetes tipo 1, ya que los TCA pueden incrementar el desarrollo de complicaciones tempranas de la enfermedad, debido al empeoramiento del control glicémico. Así, un trastorno de la conducta alimentaria en una persona con diabetes puede acelerar el desarrollo de complicaciones crónicas (retinopatía, neuropatía, nefropatía diabética, ceguera y osteoporosis) y complicaciones agudas (cetoacidosis diabética, hipoglucemia), e incluso la muerte. En cuanto a las personas con diabetes tipo 2 y trastorno de la conducta alimentaria, además del incremento de las complicaciones crónicas, se asocia el sobrepeso y la obesidad.

Señales de alarma y detección precoz de los TCA en personas con diabetes

Las señales de alarma de un trastorno de la conducta alimentaria en personas con diabetes tipo 1 son:

  • Comer menor cantidad de alimentos de la que correspondería por la insulina administrada (restricción alimentaria).
  • Administrarse menos insulina de la recomendada (diabulimia), un método purgativo específico de la diabetes tratada con insulina.

También pueden presentar otros síntomas similares a los de las personas con TCA sin diabetes, como:

  • Tener un patrón irregular de la alimentación.
  • Restringir alimentos como dulces para perder peso.
  • Saltarse comidas.
  • Hacer ejercicio físico para controlar el peso.

A veces, la restricción alimentaria, el ejercicio físico compensatorio y la evitación de la insulina pueden ir acompañados de atracones, que generan grandes sentimientos de culpa, fracaso y ansiedad.

Además, en el caso de la diabetes tipo 1, es muy frecuente el diagnóstico de un trastorno de la conducta alimentaria en un contexto de una complicación aguda (cetoacidosis diabética), que se relaciona con una pérdida de peso previa al diagnóstico.

¿Qué es la diabulimia?

La diabulimia es la condición en que la persona con diabetes se salta o disminuye la dosis de insulina de forma deliberada con el fin de perder peso. Si la persona no se administra la insulina necesaria, la glucosa se acumula en la sangre y se expulsa a través de la orina y se produce una pérdida de peso. Actualmente, esta afectación no está reconocida dentro del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría (DSM 5), utilizado por los psicólogos y psiquiatras.

Saltarse o disminuir la dosis de insulina de forma deliberada con el fin de perder peso puede tener consecuencias graves para la persona

Esta práctica puede tener consecuencias para la persona afectada, como la aparición de infecciones; problemas renales, que pueden degenerar en diálisis; retinopatía, que puede producir ceguera; pie diabético; y neuropatías. Además, si el descontrol de la glicemia se mantiene en el tiempo, pueden aparecer problemas que se relacionan con los trastornos de la conducta alimentaria: falta de menstruación, crecimiento y desarrollo lento, en el caso de la niñez o adolescencia, y problemas gástricos, dentales y de la piel.

Por otra parte, las personas que tienen diabulimia no presentan necesariamente conductas como la restricción alimentaria, los vómitos o el ejercicio compensatorio, lo que puede dificultar su detección. La falta de conciencia del problema tampoco ayuda y  se puede confundir con un mal uso de la insulina por incumplimiento del tratamiento.

Algunas de las señales de alarma de la diabulimia son:

  • Hemoglobina glicosilada frecuentemente alta
  • Hospitalizaciones frecuentes por cetoacidosis diabética
  • Controles de glicemia con resultados poco fiables o directamente falta de controles
  • Falta de menstruación o ciclos irregulares
  • Cambios inexplicables en el peso
  • Preocupación excesiva por el peso e insatisfacción con la imagen corporal
  • Patrones de alimentación irregulares
  • Incomodidad cuando se administra la insulina ante otras personas
  • Atracones
  • Baja conciencia del problema
  • Omisión de visitas con los profesionales de referencia
  • Depresión, ansiedad, cambios de humor y fatiga

Tratamiento en personas con diabetes y TCA

Se recomienda que las personas que tienen diabetes y TCA reciban atención por parte de un equipo interdisciplinario, con la implicación del equipo de endocrinología y de salud mental. Los objetivos del tratamiento son los siguientes:

  • Recuperación de los hábitos alimenticios y relación saludable con la comida
  • Recuperación y mantenimiento de un peso saludable
  • Mejora del estado de ánimo y recuperación de la socialización
  • Mejora de la autoestima, del autoconcepto y de la satisfacción corporal
  • Corrección de la administración de insulina y mejora de las glicemias
  • Adquisición de conciencia de enfermedad y motivaciones para mejorar
Este contenido no sustituye la labor de los equipos profesionales de la salud. Si piensas que necesitas ayuda, consulta con tu profesional de referencia.
Publicación: 10 de Octubre de 2022
Última modificación: 10 de Octubre de 2022
Jordi Mitjà

Jordi Mitjà Costa

Enfermero de la Unidad Funcional Integrada de Trastornos de la Conducta Alimentaria. Área de Salud Mental
Hospital Sant Joan de Déu Barcelona
Bibliografía
Colton A, Olmsted M, Daneman D, Farquhar J, Wong H, Muskat S, Rodin G. (2015). 2Eating Disorders in Girls and Women With Type 1 Diabetes: A Longitudinal Study of Prevalence, Onset, Remission, and Recurrence. Diabetes Care , 38(7) , 1212-7. http://doi.org/10.2337/dc14-2646