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¿Cómo puedo notar que mi hijo o hija tiene una depresión?

Las personas del entorno del niño o del adolescente son los principales observadores y conocedores de su estado. Las primeras señales de alarma que nos pueden hacer sospechar que nuestro hijo o hija tiene una depresión son:

  • Cambios en la conducta: necesita moverse continuamente, ralentización en los movimientos, comportamiento agresivo, está malhumorado, se siente muy cansado, está poco comunicativo, etc.
  • Bajo rendimiento académico: se acostumbra a relacionar con las dificultades de atención y de concentración en el aula, a la hora de hacer los deberes o de preparar un examen.
  • Pérdida de interés por las actividades que normalmente le gustan: deja de jugar con el juego preferido, dedica menos tiempo a las actividades que anteriormente le gustaban, abandona la actividad de ocio habitual, etc.
  • Tendencia a aislarse: pérdida del contacto con los amigos, comunicación escasa con los convivientes de casa, pasa más tiempo cerrado en la habitación, etc.
  • Alteraciones en el hambre: comer más o menos de lo que es habitual en él.
  • Cambios en los patrones del sueño: se pasa el día durmiendo, se levanta antes de tiempo, se encuentra cansado durante el día, etc.

Ten presente que muchos de los síntomas descritos también son característicos de otros trastornos y no son exclusivos de la depresión. Por eso, es importante consultar a los profesionales si detectas algunas de estas señales o si tienes cualquier duda.