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Prevención del suicidio

¿Qué podemos hacer si nuestro hijo o hija sigue teniendo ideas de muerte después de un intento?

Los procesos de recuperación de las crisis suicidas son individuales, pero tienen también elementos comunes. Entendiendo que las crisis suicidas se producen en el contexto de una crisis vital, mientras la crisis vital no se resuelva, el riesgo de suicidio se mantiene presente. Por eso recomendamos que las medidas de seguridad se mantengan durante toda la crisis vital y durante un año tras su resolución.

Es importante incorporar estas medidas de seguridad en las rutinas familiares:

  • Privar del acceso a la medicación (recomendamos guardar toda la medicación que haya en el domicilio bajo llave) y monitorizar su uso y asegurarse la adherencia al tratamiento farmacológico.
  • Mantenerse más disponible y atentos ante la presencia de eventuales crisis.
  • Favorecer el cumplimiento con su tratamiento tanto psicológico como farmacológico, asegurar que acude a las visitas de seguimiento, y mantener una buena comunicación con el profesional terapeuta vuestro hijo y con el colegio (si es que puede asistir en este momento).
  • Transmitirle esperanza.
  • Reconocer y explicarle que la adolescencia es una etapa dura, pero que todo lo que viene después es mucho mejor, que no hay problema porque no sepa lo que hacer en el futuro, porque no sepa lo que quiere, porque esté confusa, porque todas esas cosas en la adolescencia no son un problema, son precisamente las respuestas que hay que responder en los próximos años, no en ese momento.
  • Transmitirle que su malestar no desbordará a la familia, que vosotros estáis donde queréis estar, a su lado, a las buenas y a las no tan buenas.
  • Fomentar su vinculación a grupos de pertenencia, a actividades, con iguales y en el ámbito familiar.