Ideas claves sobre la soledad no deseada en personas mayores

La soledad no deseada es un fenómeno multifactorial que es necesario abordar de forma directa o indirecta, tanto desde la prevención como desde la intervención una vez detectada. La generación de redes comunitarias y el fomento de la participación ciudadana en las actividades organizadas desde las entidades locales, asociaciones y organismos públicos, son claves para abordar de manera integral el problema de la soledad. Pero también lo es la comprensión y la sensibilización sobre esta cuestión. Es importante trabajar para alcanzar una mayor conciencia social y un cambio de valores en la población. Cabe abordar el tema desde una perspectiva estructural, entendiendo que, aunque afecte individualmente y de forma diferenciada, es un problema social cuya solución requiere una comprensión y actuación integral.

La Guía para el acompañamiento de la soledad no deseada en personas mayores (Solidaridad San Juan de Dios) recoge todos los conceptos clave que pueden ayudar a los equipos profesionales a la comprensión y detección de la soledad no deseada. Con la idea de condensar los aspectos clave, en esta guía se han recogido 16 ideas fuerza del acompañamiento de la soledad no deseada:

1. La soledad no deseada es un sentimiento subjetivo de falta o de pérdida de compañía, producido por el desequilibrio entre la cantidad y la calidad de las relaciones sociales que tenemos y las que queremos.
2. Es necesario desmontar las creencias existentes sobre la soledad: no es un fenómeno individual asociado al fracaso personal o a circunstancias particulares, es un problema social.
3. La soledad no deseada es un problema muy prevalente en las personas mayores, que aumenta con el envejecimiento, más frecuente en mujeres.
4. La soledad no deseada afecta tanto a la salud psicológica —generando depresión, ansiedad, insomnio, y deterioro cognitivo— como a la salud física —siendo factor de riesgo vascular independiente, al aumentar la mortalidad. Así pues, debe abordarse de forma integral y en coordinación con múltiples actores de salud, sociales y comunitarios.
5. Es relevante incorporar en los planes de actuación individual la detección y el abordaje de la soledad no deseada.
6. Se debe garantizar la implicación de la persona atendida en la búsqueda de estrategias y recursos para afrontar su sentimiento de soledad no deseada, respetando sus preferencias y valores.
7. Existen diferentes escalas validadas para medir la soledad no deseada, aunque la ESTE II es la recomendada para ello en esta guía, puesto que incluye tres factores: soledad, uso de nuevas tecnologías y sentimiento subjetivo causado por la soledad.
8. La cadena de valor necesaria para erradicar la soledad no deseada se crea a través de varios niveles: la sensibilización de la población, la prevención precoz, la detección de casos y la intervención para reducir los problemas desencadenados.
9. Se debe trabajar la sensibilización desde una perspectiva estructural, impulsando estrategias y políticas integrales, así como campañas preventivas y de desestigmatización.
10. La detección de la soledad no deseada requiere que todos los agentes sanitarios, sociales, locales, asociaciones y ciudadanos estén sensibilizados con la situación y se impliquen en participar de redes comunitarias que favorezcan la identificación, dado que es una situación que está totalmente invisibilizada.
11. La prevención busca actuar antes de que la situación de soledad no deseada aparezca o se cronifique, velando por las personas que aún no han caído en esta situación, ya sea mediante su activación social o individual.
12. Es necesario influir en las políticas públicas locales, regionales y estatales para que se tome conciencia de la importancia de la soledad no deseada y se coordinen todos los dispositivos públicos para erradicarla.
13. Es eficaz crear planes transversales con perspectiva comunitaria que identifiquen a los agentes y a las redes de proximidad (barrios, ciudades) que podrán acompañar a cada persona.
14. El voluntariado impulsa la participación de la ciudadanía en la construcción de soluciones colectivas a problemas estructurales; es una excelente vía para abordar la soledad no deseada desde la proximidad.
15. Las personas voluntarias que se implican en el acompañamiento a la soledad deben saber afrontar la situación de la mejor manera posible, poniendo conciencia en el respeto a la diversidad y a la especificidad; por eso es necesario disponer de organizaciones que sepan y puedan acompañar en este proceso.
16. Existen numerosas experiencias que buscan el abordaje de la soledad no deseada, impulsadas por instituciones públicas, políticas, sociales y entidades del tercer sector, tanto a nivel local, regional y estatal como internacional.