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Joan Colom Farran. Subdirector general de Drogodependencias del Departament de Salut de la Generalitat de Catalunya

«La prevención de los trastornos del espectro alcohólico fetal es responsabilidad de todos»

SOM Salud Mental 360
Redacción
SOM Salud Mental 360
Joan Colom Farran

¿Cuándo se dieron cuenta de la necesidad de diseñar una estrategia sobre los trastornos del espectro alcohólico fetal (TEAF)?

«A finales de los años 80 ya incluimos la identificación y la prevención del trastorno del espectro alcohólico fetal en nuestro primer plan de salud, así como en los planes de prevención de drogas correspondientes, como una línea estratégica clara y de prevención de daños a terceros. Hay que tener en cuenta que en aquella época no disponíamos de indicadores específicos para hacer un seguimiento más allá de conocer los casos más graves que aparecían en las unidades de los hospitales.

A partir del 2009 hubo importantes avances en investigación, como los estudios del Dr. Rafael de la Torre, director del Programa de Investigación en Neurociencias del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) y del Dr. Oscar García Algar, jefe del Servicio de Neonatología del Hospital Clínic de Barcelona. Estos estudios alertaron claramente sobre las elevadas tasas de exposición fetal, tanto de alcohol como de otras sustancias, en población autóctona y, por otro lado, la elevada incidencia de TEAF en niños y niñas adoptadas en Europa del Este.

Hay que poner en contexto que España era uno de los países que más adopciones realizaba en Rusia y Ucrania. Todos estos niños y niñas, que en el momento de la adopción no presentaban signos claros que permitieran detectar TEAF, empezaron a evidenciar, a medida que crecían, trastornos comportamentales compatibles con el diagnóstico. Las familias empezaron a organizarse para conocer más y pedir ayuda especializada. Para entonces, tanto la Subdirección General de Drogodependencias como el servicio materno-infantil de la Subdirección General de Promoción de la salud, ya habíamos iniciado distintas líneas de trabajo enfocado a la prevención y a la identificación precoz».

¿Cuál ha sido el abordaje sobre la prevención de los TEAF?

«Está demostrada la potente capacidad del alcohol y otras drogas de provocar defectos congénitos durante la gestación, especialmente en el primer trimestre. Y sabemos también que existe un gran consumo de alcohol en mujeres en edad fértil y en mujeres embarazadas. Así que la prevención ha sido siempre un objetivo prioritario.

La prevención de la exposición fetal al alcohol y otras drogas durante el embarazo dirigido a la población autóctona se realiza a través del programa “Embarazo sin alcohol y drogas”, que tiene como líneas de acción, precisamente, la sensibilización y formación de los profesionales que atienden a estas mujeres, facilitar guías de actuación en los diferentes momentos del embarazo (desde antes de la concepción, el seguimiento de la gestación, el parto y el puerperio) y el impulso de los circuitos de atención a la salud mental perinatal.

Este programa, dirigido a prevenir el consumo de alcohol y otras drogas antes, durante y después del embarazo, va acompañado de acciones de prevención universal, selectiva e indicada, es decir, actividades de sensibilización dirigidas tanto a la población general, como a la mujer embarazada o que planifica un embarazo y aquellas que hacen consumos o tienen problemas con el alcohol y las drogas. También estamos haciendo formación a los profesionales de la atención sexual y reproductiva, con el objeto de darles más herramientas y habilidades para poder hacer prevención en este ámbito.

En particular, es clave conseguir que las mujeres consumidoras dejen de ser estigmatizadas y puedan pedir la ayuda que necesiten lo antes posible, sin esconder la realidad de sus consumos, y así poder reducir el impacto negativo en sus hijos e hijas y facilitar la identificación y seguimiento de los mismos.

Entre las iniciativas que estamos desarrollando, por ejemplo, está el trabajo con grupos focales de mujeres que son madres y consumen para conocer cuáles son sus percepciones acerca de la maternidad y el trato que reciben del sistema de salud. El objetivo es comprender sus necesidades y poder ofrecerles un mejor apoyo».

¿Cómo se lucha en materia de prevención en una sociedad que tiene tan normalizado el consumo de alcohol?

«El alcohol está muy socializado, nadie le da importancia a consumir pequeñas cantidades de alcohol y existe una muy baja percepción del riesgo, incluso durante el embarazo. Precisamente hay un estudio científico muy interesante, publicado en The Lancet hace unos años, en el que un grupo de expertos analizaban cuál era la sustancia que generaba más daños a terceros. Uno se imagina que puede ser el tabaco, la heroína o la cocaína, pero no. El alcohol es la sustancia que causa más daños a terceros, que es el daño que, directa o indirectamente, infringe la persona consumidora a personas de su entorno: accidentes, bajo rendimiento laboral, molestias a la comunidad o violencia. Y, entre estos daños a terceros, están los TEAF, que son prevenibles y evitables.

En relación con la percepción del riesgo, recientemente hemos modificado, de la mano del Ministerio de Salud, los límites de consumo de bajo riesgo: consumo de menos de 20 gramos de alcohol/día para hombres y menos de 10 gramos de alcohol/día para mujeres. Estamos hablando, en la práctica, de dos consumiciones de bebidas fermentadas o una de las destiladas en el caso de los hombres, y de una de las fermentadas o media de las destiladas en mujeres.

Conseguir que se perciba el riesgo real asociado al consumo de alcohol es una lucha que necesita del apoyo de todos los ámbitos, porque todos somos responsables frente al alcohol».

¿Disponen de datos sobre la efectividad de las acciones realizadas en materia de prevención?

«Todos estos programas preventivos tienen un largo recorrido, ya que cambiar la percepción de riesgo y disminuir el consumo son objetivos muy complejos. De todas formas, tenemos evidencia de los beneficios que aportan pequeñas acciones como, por ejemplo, el consejo breve. Es decir, el simple hecho de preguntarle a la mujer embarazada sobre su consumo de alcohol, ya provoca una disminución del consumo. Si se pregunta y se da consejo de forma motivacional se pueden promover cambios muy importantes. En este sentido, estamos trabajando para incorporar las estrategias de identificación precoz e intervención breve tanto en las visitas pre-concepcionales como de seguimiento del embarazo en los centros de atención sexual y reproductiva, como también en las farmacias, donde estamos realizando una experiencia piloto para testar la utilidad del consejo sobre el alcohol en mujeres que acuden, , por ejemplo, a adquirir un test de embarazo.

También sabemos que la disminución del consumo de la pareja influye. Cuando ésta disminuye el consumo, la mujer embarazada también lo hace. En este sentido, hay que dirigir también la sensibilización a las parejas y personas del entorno familiar. Estas pequeñas acciones son efectivas incluso online, un canal que hemos utilizado durante la pandemia sin perder esa efectividad. Así que, en conjunto, creo que podemos esperar un cambio de paradigma sobre el consumo de alcohol durante el embarazo en los próximos años».

¿Qué tipo de recursos pone la administración para los niños y niñas con TEAF?

«En materia de identificación precoz, estamos desarrollando diferentes iniciativas incluidas en el Programa Infància amb Salutcon la idea que los pediatras puedan mejorar la identificación precoz e intervención en estos casos. Además, estamos trabajando en la puesta en marcha de un programa de formación sobre el diagnóstico y el abordaje de los TEAF para profesionales de la salud y de la salud mental, cursos que estamos desarrollando con la ayuda de profesionales expertos y también del Institut Català de l'Acolliment i de l'Adopció, entidad con la que hemos trabajado conjuntamente en varias ocasiones.

También se han reconocido a las unidades expertas en TEAF (Hospital Clínic, el Hospital Sant Joan de Déu Barcelona y el Hospital Vall d’Hebrón) como centros de referencia para los casos más graves.

Para intentar paliar la falta de información, tenemos habilitado un espacio web sobre los trastornos del espectro alcohólico fetal. Entre otra información, también se pueden encontrar las tres guías de actuación que lanzamos en septiembre de 2020:

¿Qué papel ha tenido y tiene la investigación en el diagnóstico y tratamiento de los TEAF?

«Desde el Departament de Salut estamos implicados, con apoyo técnico y económico, en diversos estudios. De hecho, fuimos pioneros en Europa en hacer un estudio transversal y aleatorio entre las familias con niños y niñas adoptados en Rusia y Ucrania, entre 2017 y 2018, con el objetivo de conocer cuál era la prevalencia de los trastornos del espectro alcohólico fetal en este colectivo.

Las tres grandes unidades de referencia, el Hospital Clínic de Barcelona, el Hospital Sant Joan de Déu y el Hospital Vall d’Hebrón, participaron en este estudio que recogió los datos de 162 familias con hijos o hijas adoptados de entre 8 y 24 años. Los resultados del estudio mostraron que el 50% de los niños adoptados en Cataluña entre los años 1998 y 2015 presentaban TEAF, en diferentes grados de gravedad. La prevalencia es altísima. Estamos hablando de 2.000 niños y niñas en Cataluña.

Para poder tener una imagen más completa, tenemos previsto realizar un estudio de prevalencia en población autóctona, liderado por el Dr. Oscar García Algar del Hospital Clínic de Barcelona. Cuando la pandemia nos permita realizar este estudio a través de las escuelas de manera segura y efectiva, lo pondremos en marcha.

Por otro lado, estamos también participando en proyectos europeos como el FAR SEAS, que tiene, entre otros, el objetivo de evaluar la implementación de una buena práctica en una región de Polonia, para valorar posteriormente su extrapolación al resto de regiones europeas».

Este contenido no sustituye la labor de los equipos profesionales de la salud. Si piensas que necesitas ayuda, consulta con tu profesional de referencia.
Publicación: 25 de Octubre de 2021
Última modificación: 30 de Enero de 2024

El aumento en los últimos años de peticiones de atención de los trastornos del espectro alcohólico fetal (TEAF) por parte de familias que habían adoptado a sus hijos e hijas en países de la Europa del este, hizo visibles estos trastornos de los que, durante años, apenas se había hablado en nuestro país. Cataluña ha sido pionera en llevar a cabo investigación para saber a qué se enfrentaba el sistema de salud, y un estudio liderado por la Subdirecció General de Drogodependències y el Institut Català d’Acolliment i Adopcions, evidenció que hasta un 50% de estos niños adoptados de Rusia y Ucrania residentes en Cataluña estaban afectados por algún TEAF.

Sería un error, sin embargo, pensar que los TEAF son un problema que afecta únicamente a personas adoptadas cuando, de hecho, se estima que en nuestro país hasta un 40% de las mujeres embarazadas consume alcohol durante el primer trimestre. En este sentido, la administración catalana lleva años desarrollando acciones de prevención para evitar el consumo de alcohol durante el embarazo, trabajando para poder implementar programas de diagnóstico e intervención precoz y movilizando recursos para las personas afectadas y sus familias.

Hemos conversado sobre estas estrategias públicas con Joan Colom Farran, subdirector general de Drogodependencias del Departament de Salut de la Generalitat de Catalunya.