Ya nadie duda de que las redes sociales tienen un impacto directo en la autoimagen y la autoestima, especialmente entre las personas más jóvenes. El malestar emocional puede aparecer por diversos factores: la constante comparación social, la búsqueda de valoración social, la presión estética por cánones de belleza irreales, la exposición a recibir todo tipo de comentarios sobre la propia imagen o la presión por mostrar una vida llena de actividades y experiencias que tampoco es real. Esta constante comparación con el otro impacta directamente en la autoimagen y en la autoestima, siendo un caldo de cultivo favorecedor para el desarrollo de trastornos de la conducta alimentaria. Se trata de una exposición para la que es necesario educar la mirada y fomentar el espíritu crítico. ¿Hablamos de ello? ¡Envíanos tus preguntas!
Ya nadie duda de que las redes sociales tienen un impacto directo en la autoimagen y la autoestima, especialmente entre las personas más jóvenes. El malestar emocional puede aparecer por diversos factores: la constante comparación social, la búsqueda de valoración social, la presión estética por cánones de belleza irreales, la exposición a recibir todo tipo de comentarios sobre la propia imagen o la presión por mostrar una vida llena de actividades y experiencias que tampoco es real. Esta constante comparación con el otro impacta directamente en la autoimagen y en la autoestima, siendo un caldo de cultivo favorecedor para el desarrollo de trastornos de la conducta alimentaria. Se trata de una exposición para la que es necesario educar la mirada y fomentar el espíritu crítico. ¿Hablamos de ello? ¡Envíanos tus preguntas!
Cuando las personas con trastorno mental conocen los estereotiposque se les atribuye, los interiorizan y se los hacen propios, y esto incrementa la posibilidad de que se vean a sí mismas según es
Cuando hablamos de estigma en salud mental nos referimos a la atribución de cualidades negativas y despectivas hacia el colectivo de personas que tienen un problema de salud mental, que pasan a ser vistas, pensadas y tratadas a tr
En el año 2010 empezaron a surgir los primeros estudios con pautas y programas de ejercicio físico para las personas con un trastorno de la conducta alimentaria (TCA).
La Associació Contra l'Anorèxia i la Bulímia reivindica un plan de prevención de los trastornos de la conducta alimentaria para detectarlos y tratarlos lo más rápido posible