Las personas con trastorno en el espectro del autismo tienden a tener más problemas de sueño. Esto puede deberse a diversos motivos: la rigidez en sus rutinas puede hacer que sus horas de acostarse o levantarse no sean las más adecuadas para fomentar el descanso; su hipersensibilidad puede provocar que ruidos o ciertas texturas en el pijama y en las sábanas las despierten; y, por supuesto, no podemos descartar que exista ansiedad. Además, en algunos casos se suma como causa la coexistencia de problemas neurológicos como la epilepsia.

Debemos conocer cuál es el origen de este mal descanso, pero será de gran ayuda disponer de una habitación oscura, silenciosa y templada y tener una rutina diaria activa y una rutina nocturna repetitiva y de poca estimulación que fomente la relajación y el sueño.