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¿Cómo medimos la soledad no deseada?

Revisión de las escalas para el estudio de la soledad no deseada
Juan Carlos Duran
Dr. Juan Carlos Durán Alonso
Médico especialista en geriatría
Hospital San Juan Grande-Jerez de la Frontera
Fotografía: Ariadna Creus & Àngel García | Banc d'Imatges Infermeres

Es muy importante que los profesionales estén sensibilizados con la soledad no deseada, dada la elevada prevalencia del problema entre las personas mayores, y las relevantes y variadas consecuencias que produce en la salud psíquica, mental, física y social de la persona que la sufre.

Para detectar la soledad no deseada, debemos investigar sobre la cantidad y la calidad de las relaciones sociales que tiene la persona, preguntar por la frecuencia de participación en actividades sociales y conocer su estado civil, tipo de convivencia, familiares y amigos, y el apoyo social recibido desde la comunidad.

Dependiendo del objetivo que tengamos, debemos profundizar más o menos en el problema. No es lo mismo realizar una encuesta poblacional que detectar en una institución si una persona sufre soledad no deseada para llevar a cabo una intervención y afrontarla.

En la encuesta ECAMB 2020 de convivencia y relaciones vecinales en el área metropolitana de Barcelona, se estudió el índice de soledad relacional mediante tres preguntas:

  • ¿Tiene alguien con quien hablar de temas del día a día?
  • ¿Puede contar con familiares o amigos cuando lo necesita?
  • ¿Acostumbra a hablar o a tener encuentros con familiares y amigos?

Esto puede ser suficiente para tener una idea de la magnitud del problema de forma global.

Cuando, además de detectar, se quiera intervenir, es importante no solo saber si puede existir un problema de soledad no deseada en una persona concreta, sino cuantificar el grado de soledad no deseada que sufre, o las repercusiones que este sentimiento negativo que produce afecta a la salud de la persona en cuestión. Es importante tener una medida concreta que nos permita conocer la eficacia de la intervención realizada en la disminución del grado de soledad.

Por ello, son muchas las escalas publicadas para detectar y medir el grado de soledad no deseada. Dichas escalas deben haber sido validadas para la población a estudiar —en nuestro caso, las personas mayores—, así como en el entorno donde se evalúa: comunidad o institución. Deben ser sensibles y específicas para la detección del problema en cuestión.

Revisemos las escalas más habituales

Entre las muchas escalas para el estudio de la soledad no deseada, la de la Universidad de California en Los Ángeles es una de las más utilizadas (escala UCLA) (Russell et al., 1978). Esta escala ha ido adaptándose a lo largo de los años en diferentes versiones. En español fue validada en 2016 por el grupo de Velarde Mayol (Velarde et al., 2016) y en 2019 por el grupo de Sancho y Pinazo, para la población anciana que vive sola (Sancho et al, 2020).

Escala UCLA Soledad
Gráfico: Guía para el acompañamiento de la soledad no deseada en personas mayores. Solidaridad San Juan de Dios

La escala de soledad de De Jong Gierveld es una herramienta empleada para medir el grado de soledad que siente una persona en su vida diaria. Fue desarrollada por investigadores holandeses en la década de 1980 y se ha utilizado ampliamente en la investigación sobre la soledad en todo el mundo.

Aunque en el pasado contaba con más ítems, la versión más actualizada tiene 6, que pueden ser divididos en 2 grandes grupos. Por un lado, aquellos que hacen referencia a la soledad emocional, que ocurre cuando se echa de menos una relación íntima, y, por otro, los que miden la soledad social, que tiene lugar cuando se añora una red social más amplia.

Las posibilidades de respuesta son «sí» / «más o menos» / «no», y los ítems son los siguientes:

  • Experimento una sensación general de vacío.
  • Extraño tener gente a mi alrededor.
  • A menudo me siento rechazado.
  • Hay muchas personas en las que puedo confiar cuando tengo problemas.
  • Hay muchas personas en las que puedo confiar completamente.
  • Hay suficientes personas con las que me siento cercano.

Debemos destacar que ninguno de los ítems utiliza la palabra soledad. Ha demostrado tener una alta fiabilidad y validez en diferentes poblaciones y contextos culturales.

La mezcla de formulaciones positivas y negativas evita la generación de respuestas automáticas (Esteve, 2021).

Otra escala internacional utilizada en trabajos de investigación al respecto es la escala ALONE que ha sido recientemente validada para el estudio de la soledad en personas mayores (Deol et al., 2022).

Escala ALONE Soledad
Gráfico: Guía para el acompañamiento de la soledad no deseada en personas mayores. Solidaridad San Juan de Dios

En España también se han publicado escalas para detectar y medir la soledad no deseada, entre las cuales cabe destacar la escala ESTE II —continuación de la ESTE I—, creada en 1999 por Rubio y Aleixandre, la cual medía 4 soledades: conyugal, familiar, existencial y social (Rubio & Aleixandre, 1999) y que fue actualizada en 2010 (Rubio et al., 2020)

La escala ESTE II se compone de 15 ítems, con 3 alternativas de respuestas: «siempre», «a veces» y «nunca». La escala está dividida en 3 factores que miden la percepción social de apoyo, el uso de nuevas tecnologías y la participación social subjetiva.

Esta escala permite diferenciar 3 niveles de soledad según la puntuación obtenida (de 0 a 30): nivel bajo —de 0 a 10 puntos—, nivel medio —de 11 a 20 puntos— y nivel alto —más de 21 puntos (Rubio & Aleixandre, 2001)

Escala ESTE II Soledad
Gráfico: Guía para el acompañamiento de la soledad no deseada en personas mayores. Solidaridad San Juan de Dios

Para la validación de esta escala, las investigadoras realizaron una entrevista telefónica a 780 personas mayores de 65 años en la provincia de Granada. La edad media de los participantes fue de 76,33 años, entre los cuales el 67,7 % eran mujeres y el resto, hombres. Observaron diferencias de género, ya que las mujeres mostraron puntuaciones más altas que los hombres, y diferencias en función de la edad, siendo mayor en el rango de edad más elevada: mayores de 80 años. Más frecuente en solteros, viudos o divorciados que, en casados, y más frecuente en usuarios del servicio de teleasistencia, lo cual fue interpretado como que a las personas que sufren soledad no deseada les impulsa a utilizar este servicio como fuente de apoyo social.

Las autoras de la escala concluyen que aportan un instrumento de medida que permite analizar la soledad en las personas mayores, y además poder intervenir en determinados aspectos que permitan favorecer su adaptación social y promover el envejecimiento activo.

Pero ¿Qué escala escoger?

Los autores de la Guía para el acompañamiento de la soledad no deseada en personas mayores (Solidaridad San Juan de Dios) consideramos que la escala que mejor se adapta a nuestro objetivo es la ESTE II.

Los motivos que nos han llevado a decidirnos por esta escala son muy variados:

  • Es la realizada y validada en España, y, por tanto, en nuestro entorno, nuestra cultura, y adaptada a los diferentes niveles sociales.
  • Permite detectar si se padece o no soledad no deseada y conocer el grado de la misma, en tres niveles: bajo, medio y alto, en función de la puntuación obtenida.
  • Diferencia tres factores: el primero, más social; el segundo incluye el uso de las nuevas tecnologías, y, el tercero, el sentimiento más subjetivo de soledad no deseada. Por tanto, nos hace considerarla una escala más completa para profundizar en el estudio. A veces, es muy difícil valorar en profundidad el sentimiento de la persona afectada y sus emociones. El primer factor de esta escala aborda la percepción de apoyo, y en el tercer factor, la participación social subjetiva.
  • Es más actual con la introducción del uso de las nuevas tecnologías, teléfono móvil, ordenador e internet, ya que nos comunicamos cada vez más a través de estos medios, y mediante las redes sociales. Además, muchas intervenciones realizadas por diferentes instituciones reconocidas se llevan a cabo de esta manera.
  • Por último, en estudios e intervenciones en centros de San Juan de Dios ya se ha seleccionado esta escala, y contamos con experiencias en su uso.

Este artículo se ha publicado originalmente en la Guía para el acompañamiento de la soledad no deseada en personas mayores. Solidaridad San Juan de Dios.

Este contenido no sustituye la labor de los equipos profesionales de la salud. Si piensas que necesitas ayuda, consulta con tu profesional de referencia.
Publicación: 8 de Mayo de 2024
Última modificación: 13 de Mayo de 2024

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Si sufres de soledad o pasas por un momento dífícil, llámanos.

Juan Carlos Duran

Dr. Juan Carlos Durán Alonso

Médico especialista en geriatría
Hospital San Juan Grande-Jerez de la Frontera

La soledad no deseada en personas mayores es un problema relevante para la salud que se mide a través de diversas escalas validadas para detectar la cantidad y calidad de relaciones sociales y el apoyo comunitario. Entre las más usadas están la escala UCLA, adaptada al español y centrada en la soledad relacional, y la escala de De Jong Gierveld que mide soledad emocional y social. En España destaca la escala ESTE II, que evalúa la soledad según apoyo social, uso de tecnología y participación social, siendo la preferida por la Guía para el acompañamiento de la soledad no deseada en personas mayores de Solidaridad San Juan de Dios por adaptarse bien al contexto español y aportar datos relevantes para intervenciones.